lunes, 26 de diciembre de 2011

El desafio de recuperar la vida sexual después de un embarazo


POR BRUNO CIMALANDO

La atención del bebé, las cicatrices del parto y los miedos son las barreras a vencer.
Suele decirse que la llegada de un hijo al mundo es uno de los momentos más felices por los que puede atravesar una pareja. Claro que, además de felicidad, el nacimiento de un bebé trae aparejados una gran cantidad de cambios en la cotidianidad de la “nueva familia”. Entre ellos hay uno que preocupa, y mucho. ¿Qué pasa con la vida sexual de la pareja luego del embarazo?
Los expertos aseguran que cada vez son más las consultas que reciben por temas referidos a la sexualidad y el embarazo. “Recibo muchísimas preguntas de hombres y mujeres por este tema. En general los problemas comienzan poco tiempo después del parto, pero en algunos casos consultan mucho después por temas relacionados con la falta de deseo, e indagando uno descubre que es un problema que se arrastra desde el embarazo”, explica el psicólogo y sexólogo Patricio Gómez Di Leva.
Durante el puerperio (período de alrededor de 45 días luego del parto o la cesárea) la mujer experimenta cambios diversos a nivel corporal y hormonal. Todos estos factores influyen inevitablemente en la vida sexual de la pareja.
“La cicatrización de la herida de una cesárea o la episiotomía del parto, la involución del útero y la vagina hasta llegar a su condición previa al embarazo y la lactancia son algunas de las etapas por las que atraviesa una mujer antes de recuperar su vida sexual plena” avisa la doctora Beatriz Literat, del Instituto Médico Halitus.
Claro que no solo existen cambios físicos. La llegada de un hijo modifica la dinámica de una pareja y genera nuevos “tiempos”, que antes se dedicaban al encuentro mutuo. La necesidad de atender al bebé, de día y de noche, produce que la relación hombre-mujer mute casi exclusivamente hacia la de madre-padre. Según Literat “pasados los primeros dos meses, por lo general, la situación se normaliza y la pareja reanuda su sexualidad”.
Pero, ¿qué pasa si esto no ocurre? “Muchas mujeres no logran volver a sentirse seguras con su cuerpo. La ‘nueva madre’ pone toda su libido en la crianza del hijo, y a algunos padres les cuesta volver a ver a su mujer como mujer, la ven solo como madre y esa situación no los erotiza”, cuenta Di Leva.
Cuando la situación se extiende a largo plazo las causas más comunes por las cuales la mujer evita el reencuentro tienen que ver con ausencia de deseo, temor a la penetración o el cansancio que genera la nueva situación familiar. En los hombres influye la nueva visión de la mujer-madre, los cambios físicos sufridos por su compañera, que pueden provocar falta de libido, y hasta fobias al contacto con el nuevo cuerpo de su mujer.
Sin embargo, hay un problema que es común a ambos miembros de la pareja: fallas en la comunicación. Para Literat “es fundamental que el varón abrace su nuevo rol de padre. Que apoye y colabore con la crianza del niño y que, al mismo tiempo, acepte que los cambios corporales de su mujer son lógicos haciéndole saber que la desea tal cual es. Cuando la mujer recupera su seguridad se siente lista para volver al terreno sexual”.
Un hijo cambia la vida, es cierto. Es cuestión de buscar, de a dos, el modo de volver a generar pequeños espacios para que la sexualidad siga siendo parte de ella, y no un lindo recuerdo del pasado.
Consejos
Comprender que las nuevas dinámicas modifican la vida sexual de la pareja, pero que eso no significa que ésta tenga que dejar de existir. 

Generar el reencuentro sin presiones, respetando los tiempos de cada uno.

Entender que la relación sexual va mucho más allá de la penetración, sobre todo en momentos donde ésta puede ser el foco de los miedos.

Evitar, como hombre, demandar que la mujer “vuelva a ser la de antes”, generando así un mensaje contradictorio que dificulte aún más el acercamiento de la pareja.

Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/desafio-recuperar-sexual-despues-embarazo_0_609539204.html

Sexo con demasiada "cabeza".


Sexualidad

El problema se da con más frecuencia en ellas. Y afecta la calidad del encuentro.

Vida cotidiana
Se dan todas las condiciones para que el encuentro sexual sea memorable y, de pronto, la mente abandona el juego y enfila hacia cuestiones más racionales: preocupaciones laborales, familiares, tareas hogareñas pendientes… el deseo quedó lejos, en la otra orilla. “Cuando nuestra cabeza está en otro lado es justamente porque hay demasiada ‘cabeza’ que nos desconecta de lo erótico”, resume la psicóloga y sexóloga Adriana Arias. Si la mente nos aleja del cuerpo y del momento, nos desprendemos del terreno de los sentidos y de las emociones. Irrumpen los pensamientos sobre el trabajo, los hijos, el cansancio, la generación de dinero, el deber ser, entre otros tantos.
Y este problema es más común en las mujeres… “Nos distraemos con más facilidad. Somos más emotivas, más afectivas. El hombre en general tiene compartimentos estancos en la forma de ser: separan las cosas. A la mujer, en cambio, cualquier situación que la afecte emocionalmente puede distraerla y restarle energía de la sexualidad”, reconoce Virginia Martínez Verdier, psicóloga, sexóloga y directora del sitio www.sexuar.com.ar.
Si la pareja tuvo siempre una buena vida sexual, puede suceder que estén atravesando situaciones particulares, en las cuales es más frecuente que se dé esta “desconexión” sexual. Los expertos mencionan la aparición de los hijos, los problemas económicos o laborales, y las tensiones familiares. La rutina, lo estructurado, lo estable, lo esperable y la falta de creatividad también dinamitan el deseo.
El doctor Andrés Rascovsky, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina, profundiza en las causas y señala que la falla se esconde en la construcción del espacio de intimidad de la pareja, tanto corporal como emocional. “Este es un requisito indispensable para despertar el erotismo –asegura–. Nos encontramos con parejas que tienen sexualidad corporal, sin intimidad emocional. Es un sexo deserotizado, disociado, como la pornografía. Los participantes no se conectan emocionalmente”. El especialista enfatiza que el erotismo nace de conocer al otro y aquello que le despierta el deseo: “Toda pareja que se prolonga desarrolla una habilidad artesanal para sostener el deseo. Ese es el desafío”.
Pareciera que el sexo es lo primero que cae cuando la relación sufre. Por esto, Martínez Verdier coincide con Rascovsky en la importancia de entenderse afuera de la cama: “Desarrollar la intimidad emocional es lo más difícil en una pareja y lo que hace falta para que la sexualidad sea rica”.
La receta de Arias para “reconectarse” es “entrar en contacto con el área emocional y sensorial de cada uno” y “salir a buscar el deseo en lugar de esperar a que vuelva espontáneamente”. Poner en marcha la creatividad, elevar la pareja por encima de lo familiar, lo laboral y lo social para darle un tiempo y un lugar protagónicos. Recuperar el deseo con enfoque, trabajo y voluntad. “Nos esforzamos por conseguir y sostener tantas otras cosas en nuestra vida, pero a la sexualidad le pedimos naturalidad, instinto, espontaneidad. Entender que la pareja debe trabajar para despertar y sostener el deseo es el punto de partida”, concluye.

fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Sexo-demasiada-cabeza-mente-lado_0_613738779.html

domingo, 11 de diciembre de 2011

Talleres de Reflexión para Mamás


Todas soñamos con tener un hijo, y cuando por fin llega nos encontramos con sentimientos nuevos, encontrados. No todo es lo que esperabamos. Entran en conflicto todos nuestros roles: ser mujer, ser mama, ser amiga, profesional, nuestro rol como esposa, la sexualidad. Nuestros deseos pueden entrar en guerra con los de los demás, incluso con nuestro deseado y amado hijo, ya que muchas veces, sus excesivas demandas nos superan. Inevitablemente entramos en una crisis, con angustia y felicidad.
Este es un espacio grupal creado para ayudar a transitar este momento,escucharnos y también para re ubicarnos en nuestros roles, adaptandonos a las multiples demandas, y disfrutarlos!

Duración: tres meses, una vez por semana.
Inscripción: lorenaruda@hotmail.com

Hoy no, mejor mañana...o pasado!


La sexualidad durante el post parto es uno de los cambios más notables en una pareja. Durante el embarazo, cada mujer lo vive de un modo muy particular. Hay muchas que disfrutan mucho más del sexo que antes, muchas que están mas apagadas, en muchas no cambia con respecto a como era anterior al embarazo, en fin...de todo un poco. Pero luego del parto la realidad es más o menos parecida para todas. Por un lado, hormonalmente estamos revolucionadas y todo nuestro organismo esta en función del amamantamiento, con lo cual las hormonas están centradas en generar leche, en generar sed para tomar liquido para así generar más leche, en comer y dormir. Igualmente en  las mujeres que por algún motivo no dan la teta.También las noches son parte del dia, y hormonalmente también están revolucionadas...Nuestro cuerpo se prepara para resistir a las noches y para estar lúcidas durante el día y poder atender a nuestro bebe. Toda nuestra libido está puesta ahí.
Sucede que por un lado estamos esperando que llegue el momento en el que podamos reencontrarnos con nuestra pareja luego del parto. El hombre espera el alta médica  suponiendo que alta es sinónimo de  “aparición del deseo” y que el postparto son sólo 40 días. Nosotras creemos que podemos responder a sus lógicas demandas.Pero llega ese día y vemos que las ganas no aparecen; por lo pronto, no como suponíamos. Muchas veces lo vivimos con culpa ya que, en el fondo, sabemos que los encuentros sexuales no son en este momento algo imprescindible para nosotras. Pero también tememos que nuestra pareja se enoje, no lo comprenda, incluso es probable que sus planteos estén enfocados ahí para mostrarnos como “quedaron en 2do plano” o donde es más concreto su llamado de atención. Como ya mencioné en Versus II, no desde el pedido y la comprensión sino desde el reclamo. Es un planteo que la mayoría de las veces tiene efecto ya que desde el vamos, nosotras sabemos que no podemos responder a sus demandas como antes.
Lo importante no es quién tiene razón o no, ya que cada uno tiene sus motivos e intentar explicar lo que nos pasa muchas veces es en vano. Nuestros argumentos son ”estoy agotada, mi trabajo es de 24hs, no duermo de corrido mas de 3 hs,no sé si duerme 2, 3, 5hs o cuántas horas, dar la teta me consume la energía, etc”. A lo que ellos responden “yo también estoy cansado, trabajé todo el día, pero tengo ganas igual!”. Entrar en este tipo de discusiones no llega a ningún lado ya que no podemos pretender entendernos. Claramente estamos en situaciones diferentes y ambos tenemos razón. Empezamos a escuchar los mandatos sociales con mas énfasis: “no descuides a la pareja” , de estas frases tan conocidas,miles. Creíamos que a “mi no me va a pasar” y de pronto si, sucede. No descuidamos a la pareja, pero nuestras energías están enfocadas a otro lugar. Nosotras no necesitamos el sexo como antes ni de la misma manera que el varón. Necesitamos sentirnos comprendidas, sentir que no debemos dar explicaciones sobre esto. Necesitamos volver a conectarnos con nuestro cuerpo que está tan cambiado y tan poco sexuado. Nuestros pechos son el alimento de nuestro bebe y no hay otro tipo de placer en este momento más  que el dar de mamar. Nuestra piel esta más sensible, sobrando por todos lados hasta que se reacomode. Nuestro pelo se cae, las uñas se rompen. No nos sentimos para nada femeninas. Una cantidad de cambios físicos, fisiológicos y, sobre todo, psicológicos alrededor de nuestro cuerpo han ocurrido y no podemos pretender “hacer como si nada”. Necesitamos un tiempo para volver a libidinizar nuestro cuerpo y conectarnos con la sexualidad desde otro lugar. En este momento necesitamos caricias, abrazos, muchos mimos, sostén, palabras dulces, besos.Y el hombre deberá aprender a conectarse con la mujer desde otro lugar,para que con el tiempo la sexualidad de la pareja se disfrute incluso, más que antes.
Muchas veces buscando esto sentimos que el hombre puede interpretar este acercamiento como “deseo del acto sexual” y es por esto que muchas veces lo evitamos, ya que nos molesta la obligatoriedad y sentirnos presionadas. El desencuentro se incrementa. El hombre tampoco se empieza a acercar porque siente que es rechazado y eso es, en ocasiones, bastante frustrante.
Es importante el diálogo en la pareja sobre estos temas ya que muchas veces son tabu.  Nosotras queremos satisfacerlo, reencontrarnos, pero no podemos (por un tiempo) acceder cada vez con tal de complacer al otro, con tal de que no se enoje, que no se aleje. Los necesitamos cerca, pero nos alejamos si no hablamos de lo que sentimos, de lo que nos pasa. Charlar para ayudarnos mutuamente a transitar este momento, generando juntos una sexualidad nueva, diferente, y placentera para ambos.
Charlar para que los reclamos no tengan tanta eficacia y en vez de pelear, acercarnos, reencontrarnos desde lo mas tierno que todos, hombre y mujer, tenemos.